Las Emociones como Energía para Vivir

De las emociones pudiera escribir muchísimos artículos, es uno de los temas que mas me apasionan. Sin embargo, hoy empezaré por lo más sencillo, iniciaré por darles algunas ideas para que sepan reconocer una emoción de todo lo demás que el ser humano es capaz de sentir, además quiero rescatar lo valioso que son las emociones en un momento en el que todo se quiere resolver con recetas de sólo tres pasos, consiguiendo así personas que aparentemente nada las altera, que tienen todo medido, nada las sorprende y nos comparten sus experiencias de control, sin habérselas pedido, como si algo estuviera mal en nosotros, sólo porque nos permitimos expresar lo que sentimos.

En esta línea de las recetas genéricas, encuentro con bastante frecuencia personas en la consulta, que me confiesan no soportar la alteración emocional de quienes viven con ellos, que ya no saben qué más hacer para que el otro se sienta bien y suelen hacerme la misma pregunta: ¿Será que me das un par de estrategias para que no se altere de esa manera y así pueda ayudarle a manejar la situación que está viviendo? Como si hubiese una fórmula mágica que les funciona a todos, ¡Ojalá fuese así de sencillo! Claro que hay algunos recursos que nos pueden ayudar a ayudar a otros, pero será motivo de otra publicación

Volviendo al caso de quienes piden ayuda para el manejo emocional de otros, debo reconocer que siempre me conmuevo cuando percibo la sincera preocupación de estas personas por los seres que aman, especialmente cuando las ven alteradas y sin recursos para manejar una situación determinada. Seguramente la persona que está en consulta pidiendo ayuda para otro, tiene razones de peso para hacerlo, pero si afinamos la observación, su mayor problema es que cree que es capaz de vivir sus propias emociones pero no sabe cómo vivir las emociones de los demás y menos aún si ama a la persona que las sufre. A fin de cuentas, estamos en un momento en el que no sólo queremos controlar las emociones propias, sino también las ajenas.

¿Entendemos nuestras emociones?

Justamente ahí está el problema, no es posible controlar lo que no entendemos. Veamos un ejemplo que nos permita comprender esto mejor: Recordemos ese momento en el que tenemos un celular nuevo, cuando probamos para qué sirven cada una de sus aplicaciones y luego de entender su funcionamiento es que logramos sentirnos cómodos y en control del equipo; por otro lado, están quienes intentan usar el celular sin comprenderlo, lo que provoca que no logren contestar ni un mensaje de texto, pasando por momentos de confusión y tardando así mas tiempo para lograr estar en control del equipo o incluso sin llegar a dominarlo nunca. Pues lo mismo sucede con las emociones, es una realidad que todos sentiremos, es como una “aplicación” que no podemos remover de nosotros, por lo tanto al ser parte de todo ser humano, tiene que tener una función, la cual debemos conocer y aprender a usar, de lo contrario nos sentiremos muy incómodos y fuera de control dentro de nuestra propia piel.

Entonces, ¿De dónde nace la necesidad de controlar nuestras emociones? pues muy sencillo, nace particularmente de la necesidad de controlar aquellas emociones que provocan en nosotros efectos desagradables. Nadie quiere controlar aquellas que nos causan sensaciones agradables, de esas siempre queremos más. Este es el primer punto que les regalo hoy: No existen emociones buenas ni emociones malas, lo que existen son emociones agradables y desagradables, dependiendo de los efectos que causan en nosotros. Y claro está, que tenemos la costumbre de minimizar o eliminar lo desagradable de nuestras vidas, pero tal como lo dije antes, las emociones no son unas “Aplicaciones” que podamos remover de nuestro equipo, ni tampoco dejar de usar, es decir, no las podemos ignorar.

Para nadie es un secreto que las emociones tienen efectos en todo nuestro ser, es decir, que una vez que aparecen, se disparan en nosotros respuestas en tres campos: en nuestra mente, en nuestro cuerpo y en nuestro comportamiento. Algunas personas permitirán que esas acciones se expresen en toda su esencia y también existen personas que tratarán de esconder, sin éxito, esos respuestas.

Cuando digo sin éxito, me refiero a que podrán controlar algunos de los campos de respuesta, pero no todos. El que habitualmente se controla es el campo del comportamiento, pero nuestro cuerpo suele delatarnos. Por ello, seguro hemos visto personas que tratan de disimular su euforia, pero el brillo de sus ojos y la energía de su andar nos grita que falta mucho por contar. También nos encontramos con otras personas que ocultan su rabia, pero el color de su rostro y el movimiento de su boca deja ver la presión de una mandíbula contra la otra, delatando la fuerza de lo que llevan reprimido dentro de si. No importa cuantas palabras usen para intentar convencernos de lo contrario, su cuerpo nos habla con mayor sinceridad y transparencia acerca de lo que está viviendo esa persona.

Sin embargo, también es frecuente encontrarnos con aquellas personas que no disimulan nada, que su completo júbilo lo demuestran a todo dar, con una gran sonrisa, el rostro completamente relajado y hablando a todo volumen, así como las que están completamente furiosas también pudieran expresarse con malas palabras, a gritos y si pudieran golpear algo también lo harían. En fin, no importa si queremos mostrar o por el contrario reservar nuestras emociones, ellas siempre encontrarán la manera de salir a flote y hacerse sentir.

Las emociones nos llevan a la acción

Cuando analizamos el resto de las emociones, encontraremos siempre una relación directa entre algo intangible (no material) como las emociones, con algo tangible (material) como lo es nuestro cuerpo. ¡Qué poder tan fuerte tienen las emociones que logran sacudir todas nuestras células! Justo esa relación de lo tangible con lo intangible, es lo que hace al ser humano una obra de arte magnífica y única.

No pretendo entrar en profundos conceptos filosóficos, pero daré un ejemplo para asegurarme que lo que quiero expresar quede claro. Creo que nadie dudaría que los pensamientos existen y además tienen origen en nuestro cerebro, pero si le preguntamos a un neurocirujano si en alguna de sus operaciones se ha encontrado con un pensamiento, seguramente nos dirá que no, pero eso no quiere decir que el pensamiento no exista, todos hemos vivido la fuerza de estos, especialmente cuando nos mantienen despiertos algunas noches. Pues bien, esa relación de lo tangible (cerebro) y lo intangible (pensamientos) es lo que nos hace maravillosos y únicos, porque si bien es cierto que todos tenemos cerebro, nuestros pensamientos son individuales, nos diferencian unos de otros y por lo tanto nos identifican.

Eso mismo es lo que sucede con nuestras emociones, siendo ellas intangibles tienen toda la energía para movernos con fuerza a vivir lo que nos toca vivir de manera única y particular, aunque todos tengamos el mismo diseño corporal, nuestras experiencias las viviremos siempre de manera única. Por ello, lo que para mi es motivo de gran alegría para otro no, lo que para otro es motivo de un ataque de ira para mi no lo es, lo que para mi es motivo de profunda tristeza para otro no lo será y así con cada una de las emociones. Por cierto, existen muchas más emociones de las que creemos conocer, pero será en otra publicación que haremos ese listado.

La diferencia entre cada uno de nosotros no está sólo en las emociones que nos produce una situación, sino también en los efectos corporales que sentimos, tal como lo dije anteriormente, tenemos un diseño corporal igual pero lo sentiremos completamente diferente. Por ello, hay quienes en un ataque de ira sienten un gran dolor de cabeza o sienten que aumenta su temperatura corporal, mientras que otros sienten que les dará un infarto o que se quedan sin respirar y otros sienten todos estos síntomas mezclados al mismo tiempo. Hay quienes al estar nerviosos les da un incontrolable ataque de risa mientras que otros sufren un dolor de estómago. Lo cierto es que no importa si la emoción es agradable o desagradable , cada quien la vivirá a su manera y como pueda, con o sin recursos para sobrellevarla. Aceptar esta realidad, es una manera también de aceptarnos y respetarnos a nosotros mismos.

Lo interesante de las emociones es que siempre nos sorprenderán, nadie planifica como reaccionará ante un momento determinado. Justamente por eso es que cuando nos invaden las emociones nos llegan con mucha intensidad. Son como un impulso que nos lleva a la acción, que nos hace responder desde nuestros pensamientos, nuestro cuerpo y nuestros comportamientos. Imagínense que están esperando un resultado de un examen médico importante para determinar el estado de nuestra salud, el miedo que nos puede hacer sentir la posibilidad de un resultado adverso podría hacernos pensar que es muy pronto para morir, que aun falta mucho por hacer (pensamientos), eso nos puede hacer sudar las manos y luego hacer llorar (cuerpo) y si alguien nos pregunta por qué lloramos, quizás respondamos de manera agresiva que no es su problema (comportamiento).

Hoy mi única intención es que puedas aprender a conocer cómo son las respuestas que vives ante las emociones, desde tus pensamientos, desde tu cuerpo y desde tus comportamientos. No hagas valoración de tus respuestas, no las juzgues, hoy sólo descúbrelas. Dedícate el tiempo sólo a describirlas y te sorprenderás de todo lo que descubrirás de ti mismo. Ahí te va mi ultimo regalo de este artículo: Las emociones están ahí para darte un mensaje de lo que estás necesitando. Ignorarlas es ignorarte, es ser indiferente contigo mismo.

Estos son mis lentes. Y tu, ¿Cómo lo ves? ¿Has identificado como respondes con tus pensamientos, tu cuerpo y tus comportamientos ante una emoción? Vamos, ¡Ánimo! Las emociones tienen mucho que decirte.

Coméntanos cómo te va en este proceso, empieza al menos identificando ese pensamiento que se dispara en tu mente. También puedes escribirnos a nuestro correo lentesparalavida@gmail.com

Heidi, Alejandro y mis dos hijas.

Imagen: Gracias a Tengyart por compartir su trabajo en Unsplash

Un comentario en «Las Emociones como Energía para Vivir»

  1. lentesparalavida dice:

    ¡Hola Ana! Gracias por el apoyo siempre. Pues estás en lo cierto, los sentimientos son un proceso posterior a la emoción. Esta semana continuaremos con el tema de las emociones, y nos iremos acercando al tema de los sentimientos. Un abrazo enorme.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.